Conecte al equipo otro monitor que le conste que funciona y compruebe si aparece algo en la pantalla. Si el segundo monitor funciona correctamente, significa que el primero está averiado. No merece la pena repararlo. Compre uno nuevo. No abra nunca la parte posterior de un monitor para arreglarlo. Los condensadores que hay en el interior de los monitores almacenan electricidad. Existe el riesgo de que sufra lesiones graves, incluso de muerte.
Si la pantalla está oscura, podría deberse a un problema de la tarjeta de vídeo. En primer lugar, localice la tarjeta de vídeo. Es la que está insertada en una de las ranuras de la placa base. El cable del monitor se conecta al puerto VGA (adaptador de gráficos de vídeo), que sobresale por la parte trasera del equipo. Si el puerto VGA forma parte de la placa base, significa que la función de vídeo está integrada. Usted no puede arreglarla. Si no es así, significa que forma parte de la tarjeta de vídeo.
Supongamos que tiene una tarjeta independiente; en ese caso, asegúrese de que está bien colocada. El extremo frontal de la tarjeta puede salirse de la ranura accidentalmente cuando se atornilla el extremo posterior al bastidor del equipo.
Si dispone de otro equipo y éste funciona sin problemas, apáguelo y extraiga la tarjeta de vídeo. Coloque la tarjeta que funciona en el equipo que presenta el problema. Si el sistema funciona, necesita una tarjeta nueva. Si no tiene ninguna otra tarjeta para probarla en el sistema, compre una económica (entre 30 y 50 euros). Si no se soluciona el problema, retírela.
Puede llegar a gastarse mucho dinero en una tarjeta de vídeo. Pero si utiliza aplicaciones empresariales y explora Internet, fíjese en el precio. Las de alta gama son para los "profesionales". |